Carta Editorial: El Efecto Emprendedor
No es ningún secreto que la vida del emprendedor tiene alta y bajas emocionales, un sube y baja de sen- timientos que muchas veces nos hacen tocar fondo y hacer que valoremos lo que hemos construido.
Aún recuerdo el pásado 24 de diciembre, eran al re- dedor de las 11:48 de la noche, estaba cenando con mi familia y lo único que hacia era mirar el plato y pensa- ba en escapar de ahí. No me soportaba, era un balde rebosante de estrés, ansiedad, incertidumbre y todos los males psicológicos por haber, somatizando mil y un padecimientos.
Esta carta, va con un remitente especial, va dirigida a todos esos emprendedores que al leer estas líneas están siendo víctimas de la an- siedad, el estrés, el miedo y la incertidumbre.
Por eso mis queridos, insisto.
Lo que te pasa ahora no es toda tu vida, y es de vital importancia que lo recuerdes. Es una temporada, va pasar, todo pasa. Aquello que no te deja dormir, pasará; bue- no o malo, fácil o difícil, cada etapa en esta tierra es temporal y pasajera, de manera que, háganse el favor de vivir ligero, y que las tonterías, las personas que te dicen que no puedes, el ruido exterior, vuelen por fuera del radar y sigue tu proceso.
Les voy a contar algo sobre mis procesos creativos.
La realidad es que mi proceso no es un proceso. Son muchos procesos, unos más creativos que otros, otros más emocionales que otros y otros más caóticos que otros.
Pero el punto es, que estos procesos tienen un fin, y si algo aprendí los últimos seis meses, es, todo está bajo control teniendo calma, fe y coraje para pelear cualquier batalla que venga. Aprender de nuestros errores, del proceso creativo, emocional o espiritual que estemos o hayamos tenido siempre, será la mejor lección de la vida para nosotros mismos.
Cuando estamos presentes y conscientes de todo lo que hemos aprendido y todo lo que esto nos hace ser, nadie ni nada puede detenernos. Nos conectamos con la fuente.
La fuente nos libera energía liberadora y esto nos hace mejores personas, mejores líderes, mejores emprendedores. Abraza tus procesos, porque son tuyos y de nadie más.
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